Reflexión sobre "Tu mirada puede transformar a las personas".

Hola a todos. Estoy aquí con mi primera publicación, una reflexión sobre "Tu mirada puede transformar a las personas" de Álex Rovira. Aquí os dejo el enlace para todo aquel que esté interesado: https://www.youtube.com/watch?v=zv2j59sVMUM

En este video, Álex Rovira trata como debería ser la educación, una educación que debe partir del corazón, y que una manera de mostrarla es con la mirada, con la que se puede conseguir un vínculo con una persona. En psicología esta mirada se llama mirada apreciativa, cómo a partir de ella se pueden transmitir emociones y sentimientos, ser una persona con influencias positivas a través de tu mirada.

Hay que destacar una cosa bastante importante, la distinción entre Educación y Formación. De nada vale estar muy formado sino se es educado ya que es mucho más importante saber ser una buena persona antes que nada, pero ambas deben complementarse y esto tiene que conseguirse en los colegios, yendo de la mano del ámbito familiar.
Una de las citas importantes nada más empezar el video es la frase de Goethe: "Trata a un ser humano como es y seguirá siendo lo que es, pero trátalo como puede llegar a ser y se convertirá en lo que está llamado a ser". En mi opinión, es una gran frase que debe marcar nuestro punto de partida como futuros docentes, no etiquetar a ningún alumno y al contrario, darles un gran refuerzo positivo para que sean capaces de conseguir lo que ellos desean, centrándose en sus intereses y necesidades, aquí debe entrar en juego la mirada apreciativa.

Para poder conseguir todo esto es necesario el amor y como muy bien dice Álex Rovira, debemos comprender la singularidad del ser y sus circunstancias, saber cuidar y hacer las cosas coherentes tal y como las proclamamos. Debemos inspirar a las personas a ser mejores y a que consigan ser felices, a que den sentido a su vida, cada uno a su manera.
Una gran forma de enseñar a las personas es a través de la pasión, en cualquier tema, que nos imiten y se contagien de nuestras mismas pasiones. Si nos ven leyendo, con libros, yendo a la biblioteca, ellos también tendrán curiosidad por ver en que consiste y aprender de ello, porque todos somos curiosos por naturaleza y es una gran virtud que debemos explotar.

Una de las grandes reflexiones sobre la escuela es que siempre se ha enseñado a leer y a escribir, pero la palabra no es solo eso, es también saber escuchar y saber hablar, algo que en la escuela apenas se trabaja. Esto debería cambiar, porque es un arte que todos debemos saber utilizar, hablar bien para ser entendidos y para que nos escuchen, para que muestren más interés por lo que tenemos que aportar; aprender a escuchar para que las personas vean que estamos apoyándolos solo con la mirada en cualquier momento. Para que esto sea posible, hay que tener ternura, con ella es más fácil, hay que saber dejar espacio, como se dice en psicología, permiso. Para que todo esto funcione debe nacernos, siendo sinceros, que salga de nuestro corazón hacer las cosas, para nuestro bien como para el de los demás. Como bien se dice en El Principito, la inteligencia está al servicio del amor y con esto podemos conseguir lo que queramos, y si cambiamos, nos será posible percibir las cosas desde otro punto de vista que antes quizás no teníamos. Saber y creer es poder, y esto, tristemente en el mundo en el que vivimos es muy limitado debido hay que vivimos en un mundo de demandas y aceleraciones tal y como dice Álex Rovira, que hace que nos exiliemos y no encontremos quienes somos ni sepamos comunicarlo.

Para que los docentes cumplan su labor de la mejor manera posible deben tener en cuenta que deben ser contagiosos, entusiastas, tener pasión y combinar el esfuerzo con alegría, porque el esfuerzo en sí solo es un instrumento, un medio para conseguir un fin.

En una de las preguntas que le hacen, para explicarla habla de la palabra longanimidad, la capacidad de superar reiteradamente la adversidad. Me parece una palabra interesante para expresar que a pesar de todo lo malo que nos pueda ocurrir, hay que seguir hacia delante aún estando mal. Esto es posible gracias al amor que nos tengamos hacia nosotros mismos y gracias al que nos den los demás y con su ayuda. Todo este concepto sirve para volver a explicar como influiría positivamente la mirada apreciativa en nuestros alumnos y en la vida de cualquier persona. La vida es dura y a veces no nos trata como deberíamos, nos reparten las cartas pero nosotros debemos ser quienes las juguemos de la mejor manera posible, porque a pesar de que algunas situaciones no dependan de nuestras decisiones, están ahí por la naturaleza y debemos saber solventarlas. Gracias a nuestra memoria podemos ser capaces de superar diferentes adversidades, es un placer, y podemos ayudar con lo que hemos hecho o vivido, sirve para el proceso de humanización. También hay que tener en cuenta que sin la memoria no seriamos nada y que gracias a la memoria histórica sabemos qué hemos hecho bien y qué errores hemos cometido para intentar evitarlos en un futuro. Todo esto debe reflexionarlo el sistema educativo para cambiar lo que no funciona y lograr que el aprendizaje sea más efectivo.

A veces las personas somos incapaces de pedir caricias, y es un error ya que como explica Álex Rovira, la economía de las caricias consiste en que las caricias son una unidad de reconocimiento, físico o no físico, como la mirada apreciativa, y las personas siempre necesitamos caricias positivas para sentirnos bien. Sino las recibimos, nosotros mismos tenemos unos mecanismos inconscientes para provocarnos caricias negativas, prefiriendo el dolor antes que nada, aunque considero que para evitar esto, deberíamos intentar dar sentido a nuestra vida y cambiar para no sufrir, pero un cambio a mejor, superando el dolor del pasado y centrándonos en nosotros mismos, en ser felices.

Concluyendo, cada uno somos diferentes y hay que saber aceptarlo y respetarlo y poder aprender de las diferencias de cada uno, y a poder ser, ayudando a las personas para que consigan ser lo que ellos desean y puedan ser felices. Nuestra mirada y la forma en la que nos comportamos también es un arte que no debemos pasar por alto.